El barrio de Chiado ofrece un sinfín de experiencias y miles de rincones con encanto e historia que puedes disfrutar al máximo junto con otros barrios de la capital lisboeta, ya sea durante un fin de semana o varios días, sin temor a aburrirte en ningún momento.
Topónimo del Barrio del Chiado
El curiosos nombre del Chiado proviene del siglo XVI. Unos dicen que es en recuerdo del poeta Antonio Ribeiro, natural de Évora, que paseó y vivió por estas calles, y debido a la mordacidad de sus obras entre sus contemporáneos era conocido como “Chiado” (chirrido, del verbo «chiar», chirriar en portugués).
Su estatua en bronce, obra de Costa Mota e inaugurada en 1925, muestra la personalidad jocosa del autor sentado en un taburete sobre un gran pedestal de piedra en el corazón del Chiado. Situada en el Largo do Chiado, junto a la boca del metro Baixa-Chiado, la estatua se convierte en un punto de encuentro muy habitual entre la gente.
Otros, dicen que el nombre del Chiado proviene del ruido que hacían las ruedas de los carros cuando subían por las pendientes calles de este animado barrio.
Chiado es el centro neurálgico de la capital lusa
Me encontraba en el Rossio, y para llegar hasta aquí, he ido subiendo por la Rúa do Carmo y la Rúa Garrett, sus dos arterias más comerciales. Pero hay otras como las Rúa Serpa Pinto, Rua Ivens, Rúa Nova do Almada y Rúa Nova da Trindade imprescindibles si te encanta mirar escaparates, mientras das un paseo. Sin duda, es el barrio más «in» e intelectual de la ciudad.
El Chiado se asienta sobre una de las siete colinas de la ciudad. Es un importante punto de encuentro cultural y comercial, muy conocido por sus tiendas «fashion», comercios emblemáticos, monumentos históricos, librerías de culto, boutique «hotels», pequeños cafés, restaurantes, teatros como el de San Luis y el de la Trindade, la Opera de San Carlos, galerías de arte y algún que otro museo.
Puede decirse que este barrio es el corazón de Lisboa. Su ubicación es extraordinaria: A pocos metros se encuentra el Barrio Alto, Rossio, Príncipe Real e incluso el Mercado da Ribeira, barrios todos llenos de encanto y secretos bien guardados, que están esperando a que tu los descubras.
Esta lista de cosas que ver y hacer en el Barrio del Chiado, te ayudará a no perderte nada por esta zona tan interesante, que estoy segura, que además de sorprenderte, no te dejará nada indiferente. Una pequeña selección de lugares a descubrir. !Empezamos!
1 Ulises, pequeña en tamaño pero grande en historia y tradición
La historia sobre la creación de esta tienda es bastante curiosa…. Fundada en 1925 por Joaquim Rodrigues Simões, un emprendedor y profundo conocedor de las costumbres lisboetas, quien, al incorporarse al Ayuntamiento de Lisboa entre 1919 y 1923, solicitó autorización al Gobierno para construir establecimientos comerciales en la parte del Chiado aún en desuso de la Muralla del Carmo.
Se reservó para su uso personal, un pequeño despacho quizás, un espacio de 4 m². en el 87-A, e inmediatamente como buen visionario vislumbró un negocio, que a pesar de sus reducidas dimensiones, pronto sería un referente en la ciudad.
Así nació la guantería Ulises, concebida para servir a la sociedad de la época. Desde entonces sus productos se han distinguido por ser de primerísima calidad y con un diseño propio. (Rua do Carmo 87-B).
2 Café A Brasileira, la gran tertulia de Lisboa
Café A Brasileira es uno de los establecimientos para cafés y meriendas con más solera de Lisboa. Lo encontrarás fácilmente caminando por la Rúa Garrett. Siempre está lleno y siempre hay turistas tratando de sacarse una foto con la escultura del escritor mundialmente conocido Fernando Pessoa o en la puerta de la cafetería del más puro estilo modernista.
A Brasileira, se inauguró a finales del siglo XIX y desde entonces ha permanecido como sede de tertulias literarias, y durante una época fue centro de reunión de la intelectualidad. Escritores, pintores, bohemios en general, junto con políticos y todo aquel que quería ser alguien en el mundo de la farándula, frecuentaba las famosas y entretenidas charlas en este cafetín del Chiado.
Desde entonces ha permanecido como parte fundamental de la historia de la ciudad. La asiduidad de Fernando Pessoa al café fue lo que motivó que en 1988 se instalase una estatua en bronce, en conmemoración del centenario del escritor portugués más importante del siglo XX. (Rua Garrett, 122)
3 Cerâmicas na Linha, revitalizando el arte tradicional de la cerámica
Si te gusta la cerámica y comprar a muy buen precio, esta tienda que vende al peso es tu sitio. La variedad es enorme y el personal te asesora muy bien. La costumbre de adquirir cerámica al peso (8,90€/kilo) es algo muy corriente en Portugal, al igual que comprar toallas al peso en los mercadillos. Aquí puedes comprar toda una vajilla, piezas sueltas o combinar distintas vajillas a la vez.
Cerâmica na Linha empezó con pocas marcas y con restos de colecciones, pero el éxito fue tal que cada vez son más las fábricas de vajillas que venden a la tienda. Casi todo se vende al peso, pero hay piezas por unidad, como las vajillas de Bordalo Pinheiro y sus orígenes y las de grés de Costa Nova (Aveiro).
La abundancia de arcillas y caolín hizo posible que Caldas da Rainha, una pequeña ciudad del Centro Oeste de Portugal se convirtiera en un núcleo de artesanos, en el que despuntó y se hizo muy famoso a nivel internacional el taller de Rafael Bordallo Pinheiro con sus lozas naturalistas.
Más al norte, la ruta de la cerámica continúa por Aveiro-Ilhavo- Ovar-Costa Nova, centros de producción conocidos desde finales del siglo XVIII por la loza fina, azulejos y ladrillos que salían de sus fábricas. De hecho esta es la cuna de la famosa porcelana de Vista Alegre. (Rúa Capelo, 16)
4 Benard, para chuparse los dedos
Fundada en 1868, comenzó abriendo en la cercana Rúa do Loreto como salón de té para la aristocracia. Con el cambio de siglo se mudó a la Rúa Garrett y cambió de nombre por el de «Pastelaria Benard», abriendo un salón para damas. Chocolate, café y té tuvieron su significado como eje de encuentro y de relación social. Aquí las señoras no venían a merendar realmente, sino a exhibir sus guantes o su vestido nuevo.
A partir de 1940 se especializó en fiestas y celebraciones particulares, donde sirvió en una ocasión un almuerzo a la británica reina Isabel II en un viaje oficial a Portugal. Tras una etapa de decadencia en los años 80, pasó a manos de la empresaria María Augusta Montes, madre de la actual propietaria, que le devolvió su habitual refinamiento. Esta coqueta pastelería trae un pedacito de París a las mesas con sus croissants artesanos, que son el producto estrella de casa. Suelen producir por lo menos unos 1.000 por día, y el croissant relleno de chocolate junto con los «pastéis de nata» son los más demandados. !No te los pierdas! (Rúa Garrett, 104)
5 Taberna da Rúa das Flores: Una super tasca alegre e informal
Después del paseo y para descansar de una jornada de compras por este cosmopolita barrio, nada como cenar en este local especializado en raciones y «petiscos» (tapas).
Platos tradicionales lisboetas y productos recuperados por las influencias viajeras del chef André Magalhães, son la mejor jugada si se quiere disfrutar de una buena comida en el Chiado. Recetas de las antiguas colonias lusas como Angola o Mozambique o de sus viajes por Asia también forman parte también de la carta.
El local es sencillo y peculiar, con una decena de mesas, y una pizarra por carta que van pasando de mesa a mesa. No se reserva por lo que hay que esperar pacientemente en la calle y no aceptan tarjetas de crédito. Con todo y con eso, comer aquí es siempre un placer muy recomendable e inolvidable. (Rúa das Flores, 103)