Situado entre el estuario del río Sado y el océano Atlántico, el municipio de Comporta tiene más de 12.000 hectáreas con una marcada diversidad natural. Se trata de un paisaje variado que incluye extensos arrozales, pintorescas aldeas, dunas, frondosos bosques de pinos y alcornoques y playas espectaculares: Pego, Carvalhal, Brejos, Pinheirinho, Torre, Possanco, Galé y Comporta, cada una con su propio encanto y carácter, formando un ecosistema donde la naturaleza y la vida rural se entrelazan armoniosamente.
Evolución de Comporta
La producción de arroz en Portugal se distribuye esencialmente en 3 zonas: Zona Mondego (Coimbra), Tajo (Santarem) y Sado (con mejor clima pero tierras salinas por su proximidad con el mar). El río Sado nace en las montañas que separan el Algarve del Alentejo y discurre hacia el norte, hasta Alcácer do Sal y Setúbal, donde desemboca en el Atlántico, tras atravesar varios pueblos y aldeas.
La zona ha albergado tradicionalmente diversas actividades económicas, como la explotación salinera, las comunidades pesqueras y los campos de cultivo de arroz de los municipios costeros de Alcácer do Sal y Grândola, donde se halla el latifundio «Herdade da Comporta».
Durante nueve siglos, este gran propiedad agroindustrial pasó por diferentes manos, y siempre ligada a influyentes instituciones: instituciones religiosas, la corona portuguesa, empresas extranjeras y finalmente a la familia Espirito Santo, considerada -entonces- la más acaudalada de Portugal y propietaria de un importante grupo bancario.
Esta familia fue propietaria de «Herdade da Comporta» desde 1950 hasta 1975, cuando fue nacionalizada tras la Revolución de los Claveles. Durante este periodo se llevó a cabo una impresionante transformación del paisaje en el estuario del Sado.
Tras recuperar la propiedad en 1991 se inicio el «Proyecto Global de Desarrollo Integrado», que buscaba rehabilitar el patrimonio natural, mejorar el entorno urbanístico y modernizar la actividad agrícola. Este plan transformó Comporta, sentando las bases para su desarrollo como destino turístico de lujo, creando empleo y preservando su esencia natural y agrícola.
El proyecto fue ambicioso: recuperar aproximadamente 800 hectáreas de marismas del estuario donde desde el siglo XIX venia cultivándose el arroz. Su obra más significativa fue la construcción de «la compuerta», una estructura de más de 20 kilómetros de longitud compuesta por muros de tierra y piedra con el propósito de proteger los cultivos de arroz. La compuerta actuaba como una barrera, conteniendo las mareas y evitando que el agua del mar inundara as tierras.
Este esfuerzo colectivo transformó significativamente el paisaje y la economía local, permitiendo el desarrollo de la agricultura en áreas anteriormente dominadas por aguas salobres. Se inició además la rehabilitación de las aldeas con la construcción de redes de infraestructura, barrios, escuelas, intensificando la explotación de la «herdade» y aumentando la zona de pinares. La región arrocera conocida hasta entonces como el «Africa Metropoliana», por sus malas condiciones de vida, exceso de mosquitos y otros insectos, malaria y sobre trabajo duro, comenzó a mejorar.
Hoy es uno de los centros productores de arroz más importantes del país, donde se cultivan las variedades de «agulha» y «carolino». En Comporta además de arroz, se producen piñones y hortalizas como la batata. La última gran apuesta ha sido el vino, con marcas como «Parus», «Herdade da Comporta» y «Châo das Rolas».
Desata el interés de los inversores internacionales
En la actualidad, con la combinación única de belleza natural, buen clima, estilo de vida relajado, gastronomía de calidad y exclusividad, Comporta se ha convertido en un destino de moda tanto a nivel nacional como internacional, especialmente entre los visitantes estadounidenses. Según datos del Instituto Nacional de Estadística Portugués (INE) a julio de 2024, este mercado ya se posiciona como el segundo país de origen de visitantes extranjeros en la comarca, superado únicamente por el Reino Unido.
El paraje intacto de Comporta resulta muy atractivo para inversores internacionales especialmente de EEUU y Reino Unido, que aprovechan su creciente potencial turístico. Ya se han realizado importantes inversiones inmobiliarias y turísticas, contribuyendo a posicionar Comporta como un enclave de lujo y exclusividad. Sin embargo, esta expansión turística también genera preocupación por los impactos ambientales y sociales que lleva aparejado un desarrollo tan rápido.
En otro post… ¡Prepárate para un chapuzón de información sobre las playas y los pueblitos de los alrededores!
Estupendo post de Comporta!
Saber la historia detrás de un lugar que se ha puesto tan «de moda» es importante. Muchas ganas de visitarlo!
El verano se acaba, y el post nos da ánimos para comenzar a preparar el del año próximo. Muy bonito. Gracias por la información y enhorabuena.