Estamos en Castelo Branco, capital de la Beira Baixa, a unos 70 Km. de la frontera española (Cáceres) y próxima al Parque Natural del Tajo Internacional. Con una población de unas 52.290 personas (2021) pasa por tener un desarrolladísimo sector agroalimentario, con feria transfronteriza incluida. Destaca la potente industria quesera de alta calidad, que junto con la producción de cereza de la sierra de Gardunha, conocida como el Jerte portugués, genera altos ingresos a la región.
El segundo polo económico de la región es la producción de componentes automovilísticos y la industria del frío, donde Castelo Branco es un referente nacional.
Su proximidad a la frontera, hace que participe con Cáceres y Plasencia en programas europeos y proyecto comunes, como el Parque Natural del Tajo Internacional, la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO), fiestas temáticas o en jornadas de desarrollo empresarial. Esta promoción conjunta, aparte de generar sinergias, tiene como objetivo dar a conocer las potencialidades y oportunidades turísticas de este territorio, que son muchas.
Castelo Branco está creciendo y refleja su dinamismo económico. Este desarrollo lo confirma la apertura de centros comerciales, con restaurantes, cines y tiendas con marcas conocidas como Zara, Natura, H&M y Calzedonia, etc…
Varios Museos junto con su enorme Centro de Cultura Contemporánea –síntoma de la modernidad-, un edificio de cuatro pisos donde organizan exposiciones de pintura, conciertos y eventos contribuyen a esa transformación, ofreciendo recursos culturales y sociales a la ciudad.
La inmensa plaza de Devesa es el centro neurálgico de la ciudad, con sus “docas secas” (patios cubiertos) con sus animadas cafeterías y terrazas. Su centro histórico, tiene la medida justa para descubrirlo camino de tu destino final o bien como parte de un circuito por la zona.
El castillo templario de Castelo Branco
Esta atractiva ciudad, está vigilada por los vestigios de un castillo templario, el más importante de la Beira Baixa. Por aquí pasaron y se establecieron romanos, moros y cristianos y también los soldados del General Junot en 1807, que la saquearon.
La Orden de los Templarios se estableció en Portugal en el siglo XII con el fin de ayudar a los primeros reyes portugueses en su lucha contra el Islam. Don Dinis, que consolida la independencia de Portugal del reino de León, permitió que permanecieran en Portugal tras la disolución de la Orden del Temple, reconvirtiéndose en la conocida Orden de los Caballeros de Cristo.
Recibieron terrenos y castillos, contribuyendo además de una manera muy activa en la construcción y desarrollo de las ciudades allí donde se establecían. Queda poco de lo que debió ser la fortificación militar de Castelo Branco que significa castillo blanco; pero si subes a una de las torres que quedan en pie, desde su belvedere (Mirador de São Gens) tendrás las mejores vistas de la ciudad, y verás las explanadas salpicadas de olivos de las Beiras, parecidas en grandeza a las alentejanas (de hecho, producen un rico aceite de oliva).
Qué ver en Castelo Branco
Comenzamos la visita en la Rua do Presidente Sidonio Pais por proximidad a un parking bastante grande, donde está el enorme edificio del Banco de Portugal de principios del siglo XX.
Una buena manera de conocer Castelo Branco es recorrer sus calles y ver los pequeños palacetes y casas solariegas que pertenecieron a la gente más adinerada durante la época de oro de Castelo Branco.
A lo largo del paseo, fíjate en la arquitectura de sus muchos edificios. En la Rua Sidónio Pais, destaca el Banco de Portugal, un impresionante edificio de principios del siglo XX. Siguiendo por la Rua do Pina se ve la casa solariega de la familia Tavares Pessoa Amorim (con escudo en la puerta de entrada) y próxima a ella la casa señorial de los Cardosos, familia de “mayor nobleza” de la ciudad, con un mayúsculo palacete barroco. La Rua do Relógio nos conduce a la Praça Velha, también llamada Praça de Camões, núcleo medieval de la ciudad.
En esta plaza se encuentra el antiguo Ayuntamiento del siglo XVI con bonitos arcos medievales, donde aún permanece visible el escudo del rey D. Manuel, la esfera armilar, escudo de Portugal. En la antigüedad fue prisión y palacio de justicia, y hoy algo más prosaico, es una Biblioteca Municipal. Por el camino verás el precioso palacete Solar dos Cunha, adquirido por la Administración Central en 1993 hoy convertido en Archivo del Distrito y finalmente la antigua Casa del Obispo.
La judería de Castelo Branco
Conocida desde el siglo XIII, la comunidad judía de Castelo Branco se desarrolló rápidamente, siempre ligada a las tradiciones comerciales y a la artesanía. Después del decreto de expulsión por Manuel I tras su matrimonio con la hija de los Reyes Católicos, Castelo Branco se convirtió en un importante centro de cristianos nuevos (algunos practicaban el cripto judaísmo). La tierra de Amato Lusitano, ilustre médico judío que era de aquí, conserva muy vivos en las piedras de las casas los recuerdos de la comunidad hebrea.
Rincón de descanso del Obispado: El Jardín y Palacio Episcopal
El Palacio fue mandado construir en el siglo XV sobre un antiguo huerto y bosque de laureles por Nuno Noronha, obispo de Guarda como residencia de invierno de los prelados. Ya en el siglo XVIII el jardín, de trazado geométrico delineado a la moda de entonces, fue creado por iniciativa del obispo João de Mendonça. Se extiende por varios planos comunicados entre sí por macizos de boj, cascadas, paneles de azulejos, estatuas y escalinatas dobles.
El Palacio Episcopal con sus curiosos jardines, con escalinatas decoradas con los evangelistas, los reyes de Portugal y los tres Felipes españoles que reinaron en Portugal (Felipe II, Felipe III y Felipe IV), representados en estatuillas de menor tamaño que los reyes de Portugal.
El Museo en el interior del Palacio Episcopal, acoge la colección arqueológica de Francisco Tavares Proença Júnior, tapices del siglo XVI y arte primitivo portugués. Castelo Branco es muy conocido por sus colchas de seda bordadas, algunas de cuyos ejemplos puedes ver en el Museo.
Rua Bartolomeu da Costa • Lu-Do 09:00-17:00 (Verano hasta 19:00)
Las colchas bordadas de Castelo Branco
Sus orígenes se remontan al siglo XVI y son de inspiración oriental. La entrada de los portugueses en la India con “la ruta marítima de las especias”, trajo a Europa no solo las plantas aromáticas y medicinales, porcelanas, sedas y algodones indios sino que les sirvió para perfeccionarse en la fabricación de paños y confección de ropa.
Realizadas en lino bordado con brillantes hilos de seda, las colchas bordadas alcanzaron su fama en el siglo XVIII. Los temas igual que entonces suelen ser parejas de novios, corazones, motivos vegetales (peonias, claveles) y animales (pavos reales, pájaros bicéfalos), todo con su correspondiente simbología (amor, fertilidad, felicidad, virilidad), pertenecían al ajuar y se regalaban para la noche nupcial.
También realizan caminos de mesa, servilletas, individuales… cualquier lugar es bueno para bordar. En cuanto a los precios, varios factores justifican su precio: Calidad y acabado de la colcha, horas de trabajo, número de puntadas, la manipulación (cambios de hilos, colocación en bastidor) y cantidad de ornamentos.
Como dato, una colcha con un dibujo muy abigarrado y de infinidad de colores de unos 2.40 x 2.20 ronda los 30.000€. Pero, si se airean más los dibujos, el precio baja drásticamente. En cuanto a la obra menuda, unos sacos aromáticos cuestan entre 15-20€.
Dónde comprar:
- Museu Tavares Proença Júnior. Exposición y Venta – Largo Dr. José Dias Lopes – Tel: 272 344 277
- Associação de Bordados de Castelo Branco: Largo da Sé, Antigo Edifício dos CTT- Tel: 272 323 402- Móvil: 926 043 546
Castelo Branco y su mercadillo de antigüedades
Las sabanas en el suelo plagadas de figuras, rarezas y fuentes de cerámica llenan la Avda. de Nuno Alvares, donde el tercer domingo de mes, se organiza un Mercadillo de Antigüedades.
Como siempre, lo mejor es ir temprano para que no te quiten tu pieza, o ir a última hora para que los precios sean más bajos. Todo vale en este ambiente, y todos los puestos están abiertos al regateo. Pero hay veces que no te hará falta, ya que los precios son muy manejables.
Aquí encontrarás algún mueble y piezas vintage capaces de resaltar cualquier estancia, mezclando diseño vintage con piezas actuales. Dedícale un rato y saldrás con un tesoro bajo el brazo.
Las cerezas de Fundão, el Jerte Portugués
A unos 50 Km. en dirección norte está Fundão en la sierra de Gardunha, conocida como el Jerte Portugués. Su cereza, va mucho más allá que la cereza como fruto; y aldeas como Alcongosta y Souta da Casa recogen deliciosas cerezas con alta demanda en el mercado.
Es el caso de los bombones de cereza que hace el italiano Ferrero con sus famosos ”Mon Cheri”, que las compra por toneladas, los jabones artesanales de cereza de «Quinta da Porta» o los licores de cereza.
Por supuesto, se organizan experiencias como paseos en globo, apadrinamiento de cerezos, workshops de “cosecha de la cereza”, etc… La cereza es un elemento clave en la economía local, y desde principios de Mayo con su conocida explosión de color, ofrece interesantes ofertas turísticas.
Y desde aquí enfilamos hacia las aldeas históricas portuguesas de fuerte sabor medieval: Penamacor, Monsanto e Idanha.