Tavira es una pequeña ciudad portuguesa en el Algarve Oriental a unos 25 Km de la frontera española, que se encuentra en el corazón del Parque Natural de la Ría Formosa; hogar de numerosas especies exóticas acuáticas y aves migratorias que van de Europa al norte de África y viceversa, como los flamencos. Su historia se remonta a los fenicios, y los musulmanes dejaron una fuerte impronta en el urbanismo de la ciudad.
Entorno natural único
Su encanto reside en que ha escapado milagrosamente al desarrollo urbanístico del Algarve, al estar en una zona de alto valor ambiental. Junto con la región del Sagres en el extremo opuesto (Parque Natural de la Costa Vicentina), pasan por ser los dos espacios con menos construcción y turistas de la región. Los que llegan, suelen estar interesados en experiencias más auténticas y menos convencionales.
Un dédalo de callejuelas, puertas de colores y buganvillas
Retirada de la primera línea del mar y con un excelente clima, Tavira se asienta a ambos lados del río Gilão, y se distingue por su curiosa arquitectura mezcla de pombalina y morisca. Hasta el siglo XIX vivió de su flota pesquera (atún sobre todo) y de sus salinas. Hoy es fundamentalmente una ciudad de servicios.
Su bonito y tranquilo casco histórico con flores de todo tipo, con un trazado algo irregular y de calles estrechas, llena de rincones y encantos con agradables terrazas, restaurantes y tiendas únicas (alejadas de las marcas multinacionales), junto a la placidez que se respira, hacen de éste un lugar perfecto para desconectar, en cualquier época del año.
La ciudad está dividida en dos zonas, conectadas por un puente romano y un par de puentes modernos que atraviesan la ría de Tavira.
Aquí también ha llegado el Tuk Tuk, un original vehículo, divertido y único, inspirado en los vehículos tradicionales asiáticos que te permiten conocer Tavira, al tiempo que realizas un paseo agradable. El conductor te va comentando su historia, su patrimonio cultural y otras curiosidades. El recorrido por el casco antiguo tiene un precio de 25€.
Es una buena opción, ya que te permite captar una primera impresión del entorno y después tú por tu cuenta, realizar caminando una visita más en profundidad (R. Almirante Cândido dos Reis, nº 43).
Paseo por su centro histórico
Comenzamos nuestra visita en el centro de la ciudad, en la Plaza de la República, que durante el día es sinónimo de cafés o helados, y al caer la noche es una buena opción para picar algo.
Una de las calles más características es la R. Liberdade, donde se concentra la zona comercial, y que junto a la R. José Pires Saldanha están salpicadas con bonitas casas del siglo XVI. Ya en el dique junto al río, verás otras correspondientes al siglo XVIII.
El barrio musulmán con vistas sobre la ciudad
Por la R. da Galeria, atravesando la Puerta de D. Manuel comienza el antiguo barrio musulmán de calles enrevesadas e inmaculadas, que suben hacia la Iglesia de Santa María del Castillo (asentada sobre una antigua mezquita) con su característica Torre del Reloj.
Enfrente están los restos de un antiguo Castillo medieval tomado a los almohades en el siglo XII por los caballeros de la Orden de Santiago. Destruido en el terremoto de 1755, cuenta con una torre albarrana octogonal y un agradable jardín que no debes dejar de visitar.
Las vistas desde su torre octogonal son magníficas y desde aquí verás las cubiertas a cuatro aguas de las habitaciones de las casas. Es una herencia oriental traída por los navegantes portugueses durante la “Era de los Descubrimientos” para proteger las casas de las inclemencias meteorológicas.
Destacan también las puertas de palilleria (porta de reixa) de influencia musulmana, que protegen del calor, dejando que circule el aire.
Parque de recreo, de estilo inglés propio del siglo XIX
Igual que hace un siglo cuando se inauguró, el “Jardim do Coreto” próximo al río, sigue siendo el principal centro de atracciones y lugar local de reunión para pasear o escuchar a las bandas de músicos callejeros que allí se instalan por la noche.
Un curioso templete de música de forma octogonal rodeado de un pequeño estanque, preside el parque dedicado a Sebastiao Leiria, poeta de la ciudad. Fabricado en Oporto y transportado hasta aquí en barco, es un ejemplo de la “Arquitectura de Hierro” que se hacía en la Europa de finales del XIX. Frente a él está el kiosco de Muxagata, con sus ricos helados, que no dejan a nadie indiferente.
Enfrente está el antiguo Mercado da Ribeira, un edificio histórico de estructura de hierro creado en el siglo XIX y restaurado en 2001, hoy destinado a funciones de ocio, con establecimientos y terrazas.
No es fácil encontrar en el centro histórico un local que no caiga en la oferta clásica de pescado algarvio. Sorprende muy gratamente “Gilão Restaurante” con una cocina bien pensada y realizada con guiños a las cocinas asiáticas. Tiene un buen servicio y una excelente ubicación de su terraza con magnificas vistas al río (Rua do Cais, Mercado da Ribeira, Loja 2ª).
Cerca está la R. Doctor Marcelino Franco, un animado bulevar con su vetusto Cine Teatro António Pinheiro, varios edificios palaciegos y la iglesia renacentista de Nossa Senhora de Ondas, que en su interior alberga un destacado techo pintado.
Mercadillo de Antigüedades y Compras
Los primeros y quintos sábados del mes junto al Mercado Municipal, donde encontrarás buen pescado y fruta fresca (frente al hotel Vila Galé), se organiza el Mercadillo de Antigüedades donde el second-hand está a la orden del día.
Hay mucho vendedor extranjero (inglés sobre todo), que desde bien temprano instalan sus objetos en la explanada, esperando la llegada de los incondicionales a este tipo de mercadillos.
La zona al otro lado del puente romano en dirección a Vila Real, tiene un aire bohemio, con muchas callecitas empedradas, calles estrechas y floridas, y plazas llenas de pequeños restaurantes y terrazas, todo muy alegre y con mucha “vidilla”. Uno de ellos es el «Pessoa’s Cafe«, con su terraza mirando al río, donde es habitual la música en directo (R. Jacques Pessoa, 22).
Tiendas para no perderse
En este no sé qué de calles y estrechas callejuelas que conquistan, hay tiendas que destacan como «Casa das Portas« (que vende algo de regalos, un poco de decoración y también ropa y bisutería en estilo boho chic. Todo con mucho gusto e impecable. (R. Dr. Augusto Silva Carvalho, 3).
Muy cerca, «Kozii» especializada en ropa y textil indio, complementos y joyería de toque étnico (R. Dr. Augusto da Silva Carvalho 2C).
Y con «La Porte Rouge» el Made in France conquista Tavira, una tienda de moda femenina con aires de boutique parisina con mucho estilo y gusto. Muy chic (23, Praça Dr. Antonio Padinho). Al lado está la Iglesia de San Pablo, que por fuera no llama la atención, pero en su interior guarda un suelo del siglo XVII de ladrillos rojos cruzados de origen español en excelente estado.
El casco histórico de Tavira está plagado de iglesias, conventos, ermitas y capillas, no en vano es conocida como la «ciudad de las iglesias«. Si quieres descubrir las más de 30 que hay, mi consejo es que te dirijas a la Oficina de Turismo (Pza. República, 5), donde te informarán de sus días y horarios de apertura.
Tavira y sus playas
Para disfrutar de sus playas arenosas un barco te llevará a la isla de Tavira, en pleno Parque Natural de la Ría Formosa. En una extensión de 11 kilómetros, se encuentran cuatro preciosas playas: Ilha Tavira, Terra Estreita, Do Barril y Homem-Un. Todas cuentan con Bandera Azul por su calidad ambiental, y todas ofrecen condiciones ideales para practicar deportes de agua como el kite, windsurf o kayak.
Ninguna de ellas alcanza los niveles de saturación que podemos ver en algunas playas españolas; aquí están más esponjadas de gente y puedes disfrutar de un espacio personal amplio. Y claro, cuanto más te alejes, antes alcanzas tu soledad en espacios de increíbles vistas y paisaje.
Los pequeños ferries salen del Largo Dr. José Pires Padinha 172, donde están los barcos de pesca, aproximadamente cada hora, y el viaje dura unos 20 minutos. Su precio son dos euros por persona ida y vuelta.
Las especialidades gastro. de Tavira
Frente a él está la Petiscaria «Mar a Montes«, con una muy agradable terraza, que ofrece una carta reducida pero interesante de pequeñas raciones de quesos locales, pescado y marisco, y que por la noche está muy animado.
Y siguiendo con lo gastro, próximo a las playas y entre pinares, está “Marisquería Fialho” (a 11 km de Tavira), un local sencillo que resulta una verdadera sorpresa.
Aquí los pescados frescos y mariscos junto con cataplanas (guiso de marisco servido en una olla cubierta de cobre) o arroces de marisco, son los protagonistas. (Parque Natural da Ria Formosa, Tel. +351 281 961 222)
Recuerdos para llevarte a casa
No hay viaje sin souvenir, ni souvenir sin viajes. La cerámica artesana tiene una larga tradición en el Algarve, y aquí podrás encontrar vistosos platos de cerámica, o incluso llevarte un tarrito de flor de sal, un producto de alto valor gastronómico de las salinas próximas.
En el Taller-Tienda de Cerámica Los Porches, Patrick & Lima vienen confeccionando piezas desde 1968, recuperando formas y temas medievales.
Excursiones por los alrededores
La soleada Tavira, junto con sus playas, es un buen punto de arranque para explorar la zona, realizar excursiones como Olhão, Vila Real de Santo António, o Cacela Velha. Esta zona guarda sorpresas que merecen un viaje, un desvío, varios días o semanas, según lo intenso de la situación.