El Alentejo, rico en patrimonio y naturaleza
En mi último viaje por el Alentejo he llegado hasta Aldeia da Serra, cerca de Redondo, en la Serra d’Ossa, para visitar entre otras cosas, el Anta de Candeeira, un monumento megalítico de los que abundan por la región
El Alentejo ocupa casi la tercera parte del país. Es tierra de dehesas (aquí llamadas «montados»), olivares y viñedos, con muchos pueblos amurallados que recuerdan su pasado carácter de frontera. Otros pueblos más olvidados, ofrecen una tranquilidad fuera de lo normal.
La región es rica en muestras de monumentos megalíticos de entre cinco o seis mil años de antigüedad, entre campos de flores y retamas, sobre todo en el distrito de Évora y Portalegre, llegando incluso hasta Vila Nova de Foz Côa ya en la región de la Beira Alta.
De antiguo convento a hotel de 4 estrellas
A unos escasos 650 m. de altitud, La Serra d’Ossa es la principal elevación del Alentejo Central. Se encuentra a caballo entre Estremoz y Redondo, donde se levanta el convento de São Paulo famoso por la presencia continúa durante siglos de monjes ermitaños, hoy reconvertido en un hotel rural, del que daré cuenta en otro post.
Desde la aparición de los primeros ermitaños (s XII u antes) por la sierra, la vida eremítica ha sido muy rica por la profusión de cruces en los campos, ermitas y capillas erigidas en el paisaje. Alcornoques, encinas y pinares se mezclan con los monumentos religiosos, haciendo que esta sierra sea una opción estupenda para los que disfrutan de paseos en medio de la naturaleza.
Dolmen megalítico en la Serra
Partiendo de la plaza de Aldeia da Serra en dirección sur, salir del pueblo, pasarás por delante de la entrada al Hotel rural Herdade de Agua d’Alte; debes seguir unos 500 m y tomar una pista a mano izquierda, donde pasarás por delante de una bonita propiedad privada de época llamada «Monte Cabaço». Cien más adelante verás (ojo que hay que ir pendiente) la cartela explicativa del anta. Aquí deberás aparcar el coche para llegar a pie por el camino al dolmen funerario que se encuentra entre los alcornocales.
De libre acceso y absolutamente desprotegido de cualquier acto vandálico, el Anta da Candeeira en lo alto de un monte tiene unas medidas de unos 2m altura x 3m ancho en forma de mesa. Cinco grandes piedras verticales u «ortostatos» sostienen una losa a modo de tejadillo dando como resultado una cámara pentagonal. Una de las lajas de piedra tiene una enigmática ventana circular en la parte superior que aquí denominan «buraco da ánima» (agujero del alma).
La práctica del eremitismo
Se desconoce la fecha, pero por su cercanía al Convento de São Paulo se cree que unos monjes al igual que «Pablo de Tebas, monje del desierto egipcio» lo habitaron durante algún tiempo siguiendo el estricto estilo de ascetismo. Es probable que realizaran el agujero en la piedra para eliminar el humo del fuego interior, porque esa perfección en el corte sería difícil hace cinco o seis milenios.
La Iglesia siempre trató de reconducir la situación de estos heterodoxos. Les acercó a estructuras eclesiásticas como las órdenes monásticas que les permitía una cierta independencia pero siempre en el seno de alguna comunidad reglada.
Cocina alentejana en Aldeia da Serra
Para comer es imposible fallar eligiendo «O Chana do Bernardino», referente 100% para probar platos locales. El Alentejo es una región en la que el pan como antes, el aceite de oliva y las patatas son la base de sus platos, y donde las plantas silvestres como el tomillo, el romero y los «poejos» (menta poleo fresca) aportan un aroma intenso que dejan huella en el paladar.
La sopa de tomate o la «sopa de caçao» (cazón) que yo misma he acabado incorporando en mi casa, son unos platos imprescindibles de cuchara. Otro plato delicioso es el porco a la alentejana, una audaz combinación de carne de cerdo con almejas y patatas. Ubicado en el medio del pueblo, no tiene pérdida, pero conviene reservar. En «O Chana do Bernardino» suelen cocinara los platos que preparan los pastores en medio del campo.
Excursiones por la Serra d’Ossa
Los alrededores están salpicados de localidades a distancias muy manejables con interesantes sitios que visitar.
Redondo, tierra de vinos
Redondo (a 10 km) es un importante municipio agrícola alentejano con una geografía de olivares y viñedos que han hecho que el enoturismo sea un elemento dinamizador de la región. El pueblo y sus alrededores están, enmarcadas dentro de la «Rota dos Vinhos do Alentejo».
Qué ver y qué comprar en Redondo
Destaca su castillo medieval levantado por D. Dinis que aún conserva restos de la muralla, la “Cerca Urbana do Redondo” clasificada como Monumento Nacional, junto con la Puerta de Postigo, la Porta da Ravessa (que da nombre a un vino local) y la Torre del Homenaje.
En el interior de las murallas, las casas mantienen la característica arquitectura alentejana. Son casas con chimeneas de grandes dimensiones, de muros encalados en un blanco nuclear con toques de ocre o azul simbolizando el color de la tierra y el intenso color del cielo. Caminando descubrirás rincones como la Rua Castelo con sus casas de bonitas fachadas o la Rua Miguel Bombarda con sus balcones de hierro forjado, unos sencillos, otros más ornamentales u clásicos.
Redondo es un destino perfecto para aquellos que quieran comprar artesanía como las sillas de mimbre pintadas en vivos colores y la cerámica decorada con escenas de la vida rural donde predominan las flores y ramajes, el sol, gallos, alcornoques y pastores. Existe un Museo del Vino y otro del Barro para visitar.
Estremoz y el mayor mercadillo semanal del Alentejo
Estremoz (a 13 Km) en dirección norte y repleta de historia con su magnífica Pousada, su mercadillo de los sábados, y sus inmensas canteras que sirvieron para los capiteles del Templo Romano de Diana en Évora.
El triángulo comprendido entre Estremoz-Borba-Vila Viçosa, es un enclave de producción de mármol portugués. Aquí se extrae y explota en tonalidades blanco, crema, grises y azulados, pero sin duda el rey es el «Rosa Portugués», muy demandado internacionalmente, sobre todo en el mercado italiano.
Junto con el vino y el aceite, estos tres sectores constituyen los pilares económicos de la región. Existen visitas, enmarcadas en la Ruta del Mármol, sumamente interesantes.
Finalizamos en una antigua Residencia Real
Merece desviarse hasta Vila Viçosa y visitar el Palacio Ducal (a 15 km), en otros tiempos residencia del Ducado de Braganza, a la que pertenecieron los reyes de Portugal desde la Restauración (1640) hasta que se convirtió en República.
Impresiona su fachada manierista de 110 metros de largo, por su sobriedad de líneas, su rigor geométrico y su revestimiento en mármol dorado. El interior es opulento, hay tapices flamencos y una gigantesca alfombra persa del siglo XVI, muebles portugueses de ricas maderas y numerosos retratos reales.
También se visitan los aposentos privados con artículos de tocador y ropas de los reyes congelados en el tiempo, junto con colecciones de porcelana china, la sala del tesoro, la armería y sus inmensos jardines.
La colección de coches incluye el carruaje en el que dos miembros de la sociedad masónica Carbonaria dispararon de muerte al rey D Carlos, y al Príncipe Heredero Luis Felipe, cuando regresaban a Lisboa de su temporada en el palacio de Vila Viçosa. De este regicidio en la Plaza de Comercio (1908) sobrevivió el Príncipe Manuel y salió ilesa su madre, la reina Amelia de Orleans, conocida como la última reina de Portugal.
Direcciones de interés
- Hotel Convento de São Paulo. Aldeia da Serra, 7170-120, Redondo, T. 351 266 989 160
- Restaurante O Chana do Bernardino. N381 77 Aldeia da Serra, T. 351 266 909 414
- Olaria Pirraça. R. Conde Redondo, 85 – Redondo, T. 351 266 909 797
- Olaria Xico Tarefa. R. Anastácio da Rosa 4, 7170-062 Redondo, T. 351 964 635 494