La tienda de Viúva Lamego, en su característico edificio en el Largo de Intendente, en pleno centro turístico del barrio de Intendente, ha decidido cerrar.
A pesar de estar incluida en las “Lojas com História” (Tiendas con Historia) un proyecto del Ayuntamiento de Lisboa para distinguir a comercios centenarios, este «show-room» no ha sobrevivido al “contexto actual” de la ciudad.
De la Arcilla al Azulejo
En el siglo XIX en la llanura que va desde la Plaza de Intendente hasta la Plaza de Martim Moniz, era un buen lugar para el desarrollo de la alfarería y la cerámica por ser un suelo rico en arcillas.
Ello dio lugar a la formación de un barrio artesanal. Prueba de ello son los restos arqueológicos hallados en la Rua das Olarias o la Rua do Desterro.
Aquí tenia su negocio Antonio Costa Lamego, que al igual que otros pequeños talleres, producía artículos utilitarios en arcilla roja, como cacharrería, tinajas, ladrillería, baldosas sin esmaltar y algo de loza.
En sus orígenes, el taller estaba situado en lo que hoy es Avenida Almirante Reis, alejado del centro de la ciudad para evitar posibles incendios por los hornos utilizados en la cocción de material cerámico.
A la muerte del fundador, su mujer asumió la dirección con la ayuda de su cuñado, pasando a conocerse comercialmente como «Viúva Lamego» (Viuda de Lamego) hasta hoy.
Historia: De atelier a showroom
Hacia 1930 el ingeniero Ressano Garcia comenzó a levantar nuevos barrios más allá de la Avenida Liberdade. Cambió el viejo núcleo capitalino, levantando nuevos barrios residenciales como el Barrio Azul y Avenidas Novas debido al crecimiento urbano que estaba viviendo Lisboa.
Costa Lamego trasladó la fábrica a la calle Palma de Baixo (próxima al Zoológico). Aquí permaneció hasta 1992, momento en que se instaló en Abrunheira – Sintra.
El emblemático edificio de Largo de Intendente, quedó como tienda representativa, abriéndose al público solo como exposición y venta de azulejos.
Con el siglo XX, el azulejo se convirtió en el producto principal, poniendo Viúva Lamego su taller a disposición de artistas para que idearan y produjeran piezas más importantes y reforzando la visión de progreso de la firma.
Motivos asiáticos en alusión al comercio de los portugueses
Catalogado como Bien de Interés Publico, el carismático edificio ubicado en Largo do Intendente Pina Manrique 25 se construyó entre 1849-1865. Sus muros ofrecen un amplio programa decorativo, donde un vistoso revestimiento multicolor de azulejos recorre toda la fachada.
Son motivos vegetales, floreros, orlas y otras representaciones chinescas, figuras alegóricas e incluso pequeños macacos posando. El tema es una clara alusión a las rutas comerciales que los portugueses realizaron por el continente asiático para obtener especias y productos del lejano Oriente.
Los azulejos más visitados de Lisboa
Por el lado opuesto, la fachada del local que da a la Avda. Almirante Reis en su día constituyó la zona de talleres. Aquí se utilizaron azulejos bicolores como medio publicitario anunciando esta emergente industria. Una auténtica novedad. El pintor de estos azulejos fue Luis Ferreira, conocido como «Ferreira das Tabuletas», uno de los pintores de azulejos más representativos del siglo XIX.
Creador de paneles exuberantes con figuras alegóricas, motivos florales y trampantojos originales, dejó obras muy conocidas como la famosísima Cerveceria Trindade y el Edificio de Ferreira das Tabuletas, ambas en el concurrido Barrio del Chiado.
Evolución del Azulejo en Portugal
Durante más de cinco siglos, el azulejo se ha utilizado como forma de expresión en diferentes contextos. Además de una alternativa estética, el azulejo portugués es un reflejo de influencias culturales, sociales y económicas. Las primeras aplicaciones conocidas en Portugal como revestimiento monumental decorativo de paredes se hicieron con azulejos hispano-moriscos (mozárabe) importados de Sevilla, en el año 1503. Al principio fueron motivos geométricos y de lacerías, y más tarde se introdujeron los motivos vegetales.
Pero no fue hasta el siglo XIX que el azulejo se estableció como industria. La creciente demanda brasileña de loza y azulejos portugueses ideales para proteger los edificios del cálido y húmedo clima brasileño, llevó al nacimiento de fábricas de cerámica en todo el país, como Aleluia en Aveiro, Sacavém, Constância, Roseir en Lisboa y Massarelos, Devesas en Oporto y Gaia. Viúva Lamego fue una de ellas.
Viúva Lamego: Vocación por grandes proyectos
La cerámica de Viuva Lamego tiene como principal característica ofrecer colecciones de trabajos artesanales pintados a mano. Pero también se caracteriza por hacer magnificas reproducciones de patrones originales mozárabes (hispano – árabes) de los siglos XV y XVI. La firma goza de gran prestigio nacional e internacional por la calidad de sus productos.
Por Lisboa, en todo Portugal y en el extranjero hay numerosos murales realizados por artistas de renombre. Destacan: Pabellón de Portugal (Siza Vieira), Casa de Música (Ram Koolhaas), Estación de metro de Jardín Zoológico (Júlio Resende) y Estación de Metro Alto dos Moinhos (Júlio Pomar).
Desde su fábrica-estudio en Abrunheira (Sintra), Viuva Lamego colabora con artistas, arquitectos y diseñadores, combinando la preservación del legado histórico con la innovación. Cuenta con sala de exposición y venta online..