Cerca de la ría Aveiro se encuentra Ilhavo una pequeña población con tradición en el mundo del mar, la pesca del bacalao, la cerámica y la producción de pan.

De ella dependen varias parroquias (freguesias) en un terreno muy discontinuo: Gafanha de Encarnação, Gafanha de S. Salvador, Gafanha do Carmo y Gafanha de Nazarécon baja densidad de edificación, desarrolladas en el siglo XX, con una morfología muy lineal.

mapa de Ilhavo y sus parroquias
Mapa de Ilhavo y sus parroquias. Se encuentra a 10 km de la playa y a unos 7 minutos en coche de la ría de Aveiro

La zona tiene un esquema urbano tipo malla, y las parroquias están conectadas por una maraña de carreteras y caminos y pequeños canales por su proximidad con el estuario del río Vouga, donde si no conoces el camino, puedes extraviarte a plena luz del día. Son tierras extremadamente fértiles que producen sobre todo patatas, maíz y hortalizas.

Cruzando una laguna meridional de la ría desde Ilhavo llegas hasta las playas de Barra y de Costa Nova, que reciben el turismo que llega a Aveiro y alrededores.

Paisaje de la ría a la altura de Ilhavo. © Mendel Heit

El bacalao

Empezamos la visita en el Museo Marítimo de Ilhavo, que contiene elementos y objetos que hacen referencia a la historia de la pesca y la navegación tanto en alta mar como por la ría de Aveiro; mediante barcos (como la reproducción de un bacaladero y varios moliçeiros, colección de conchas, instrumentos náuticos, cartografía y como no, unas salas centradas en el bacalao, protagonista indiscutible de la historia marítima y económica de Ilhavo, que hasta cuenta con un importante acuario.

Reproducción de un bacaladero

La pesca del bacalao comenzó en el siglo XVI en las remotas y frías aguas de Terranova y aún sigue, aunque ahora procede sobre todo de las islas Feroe, Noruega e Islandia. En su momento esta expansión del consumo se debió a las normas religiosas de ayuno y abstinencia, y por la necesidad de completar una dieta pobre en proteínas de origen animal.

Ciertamente, no fueron los portugueses quienes descubrieron el bacalao sino los nórdicos; pero sí fueron ellos los primeros, junto con los vascos, en sacarle el máximo provecho, introduciendo la sal en el proceso de conservación, alargando así drásticamente el sabor y conservación del pescado.

Su alto contenido de proteínas, bajos nivel de grasa, y completo aprovechamiento, junto con su fácil conservación, hacen que el bacalao haya sobrevivido a todas las modas y tendencias. Considerado el rey de la cocina portuguesa, con más maneras de prepararlo que días del año. Este sólido recurso le sirve al Ayuntamiento para organizar en Agosto el Festival del Bacalao, con degustaciones y showcooking al aire libre. Pero también hay otros muchos eventos como el que se hace en honor de los Bacaladeros, el del marisco, el de las ostras o el de la sardina.

Bacalao en lascas con huevos y pimientos

Navío Santo André

Si te interesa saber cómo se realizaba la pesca de arrastre y, al mismo tiempo, ver cómo vivían los tripulantes a bordo, acércate al Barco-Museo Santo André, un antiguo bacaladero de 1948 que realizaba sus capturas en las frías aguas del Atlántico Norte.

Y ya para comer, recomiendo sin duda ir a la Casa de Comidas “O Cantinho” (R. Dr. Celestino Gomes, Tel +351 234 323 470) donde en un entorno de

Pataniscas de Bacalao

mantelitos de papel, una sencillez en su decoración y en un ambiente muy familiar, dejan todo el protagonismo a la calidad del producto. Puedes elegir sin miedo, porque todo está sabroso.

Los dueños cuelgan en Facebook por la mañana el menú del día, que comienza con la consabida sopa de verduras, para seguir con cuatro primeros y otros cuatro segundos donde elegir; como churrasco de carnes, bacalao asado a la brasa, «secreto de porco preto” y “lulas a lagareiro”.

Los postres están a la vista sobre una repisa, y desde luego merece la pena que dejes un hueco para probar el flan de la casa, que está absolutamente de escándalo.

!Una de chipirones del Cantinho!

Callejeando entre Calçadas, Travessas, Becos y Rúas

Un paseo por el casco antiguo de Ilhavo nos permite descubrir edificios antiguos entre un sinfín de calles estrechas, callejones y callejuelas, donde destacan elementos pintorescos y únicos.

La existencia de un centro algo desordenado, con anchuras variables y ángulos a veces imposibles, ha hecho que el Ayuntamiento ponga en pie un proyecto de recuperación de esta zona, para mejorar la movilidad peatonal, promocionar cultural y económicamente este espacio.

Y para los que les gusta el arte y patearse las ciudades mirando hacia arriba, Ilhavo no se escapó al Modernismo (Arte Nova), concentrándose una serie de viviendas francamente bonitas.

Se pueden encontrar las llamadas «Casas Brasileiras”, estupendas villas con floridos jardines, algunas introduciendo la “veranda” de aquellos que triunfaron en ultramar y utilizaban la arquitectura como signo de distinción.

 
«Vila Africana», joya modernista. Vivienda particularmente decorativa por sus formas orgánicas, arabescos y cornucopias

De hecho, entre 1890-1930, los propietarios de las fábricas de azulejo y cerámica del distrito de Aveiro eran descendientes de grandes comerciantes locales, que con capital extranjero, normalmente oriundos de Brasil, compraban o construían fábricas.

En el primer tercio del siglo XX, la ciudad vivió un periodo de crecimiento debido, a los efectos del colonialismo, y a la pesca del bacalao junto con los servicios y actividades relacionadas con el comercio marítimo. Dicha expansión económica y un gusto por “lo moderno”, favoreció la construcción de villas modernistas ocupadas por la burguesía urbana.

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La cerámica

Siempre llama la atención en Portugal la utilización de la cerámica en las ciudades y en las casas como elemento de uso doméstico, llegando a ser el auténtico rey de la decoración. En el siglo XVIII fue el recubrimiento favorito tanto en exteriores como en interiores, bien en iglesias, palacios o casas, ya que:

  • daba “status”,
  • era un buen aislante térmico,
  • de coste relativamente bajo, producción cuasi industrial y poco mantenimiento o,
  • simplemente porque era y es rabiosamente bonito

El descubrimiento de arcillas y caolín, materias primas principales para la fabricación de piezas cerámicas, favoreció que en el siglo XIX el eje de Aveiro-Ilhavo-Vagos se convirtiera en un muy importante centro de producción; creándose talleres y fábricas como «Aleluia» en Aveiro o «Vista Alegre» en Ilhavo (que será motivo de otro post).

Los que por aquí llegaron e intervinieron en la producción de las piezas, como diseñadores, moldeadores o pintores nacionales y extranjeros como Víctor Chartier Rousseau y Duarte Magalhães para «Vista Alegre», dieron fama a la región, creando un puente de intercambio de ideas con Europa.

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Hoy Aveiro y alrededores sigue manteniendo una tradición muy arraigada a la producción de cerámica. Este año sin ir más lejos, se celebra la XIII Bienal Internacional de Cerámica con un aumento de cerca de un 50% en relación a la edición de 2015. Su antigüedad, supone ya una consolidación importante de la misma, con casi 196 obras de 125 artistas de varios países. En cuanto a Ilhavo, este “industrial atmosphere” se nota: La industria cerámica es otro sector que ha favorecido su desarrollo, especializándose en subsectores como vajilla y productos para el hogar, gres, ladrillos, tejas y sanitarios.

Al hilo de lo anterior, hemos llegado recomendados por unos amigos al taller de la “Oficina de Formiga”. Además de poder comprar todo lo que está expuesto, puedes tener la oportunidad de ver cómo se realizan todos los pasos de la elaboración artesanal de las piezas.

En plena labor creativa!

Sus señas de identidad son piezas delicadas pintadas a mano, utilizando diseños propios de la tierra portuguesa como los conocidisimos de Gaia y Sacavém, pero al que le han aplicado el tamiz de la modernidad; realizando también encargos personalizados como recuerdos de boda o aniversarios.

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La técnica de elaboración hace que no haya dos piezas iguales, por lo que incluso en series más o menos numerosas, cada pieza es única.

Jorge y Milu, una pareja encantadora, te reciben y explican todo lo anterior, con lo que la visita se convierte en una experiencia muy agradable y muy instructiva. Las piezas son muy bonitas y van desde servicios de mesa, a jarras, platos, cuencos, juegos de café, etc.

Ahora que parece que la cerámica ha vuelto y con fuerza, pasando de ser algo “viejuno” a ser tendencia en decoración de interiores, es cuando más recomiendo sin duda alguna una visita a este atelier. (R. da Coutada 77. La calle hace esquina con R. Vasco de Gama (N109) Tel +351 234 195 592). ¡No te lo puedes perder!

Mercadillo

La churrasqueira, una afición nacional

En mi búsqueda de mercadillos curiosos, descubro la Feria Generalista “dos 13”, a espaldas del imperio «Vista Alegre», donde el trece de cada mes se convierte en un espacio de encuentro para todos aquellos que quieran acercarse y comprar desde productos textiles, menaje del hogar, herramientas, frutas, plantas, comida y hasta animales de corral, haciendo que la visita se convierta en un entretenimiento muy agradable.

Los puestos con mucho tirón son los dedicados a la gastronomía, con pollos asados a la parrilla, costillar de cerdo, chorizos ahumados y patatas, que sobre un mantel de papel por encima y mobiliario de mesas largas e infinitas para compartir entre comensales que no se conocen de nada. El mercadillo se originó en 1693, cuando la villa de Ilhavo pidió permiso al rey D. Pedro II para establecer aquí una feria; la cual sirvió para fijar población, y generar riqueza y desarrollo para la zona con la venta de sal, pescado y productos agrícolas.

Improvisado chiringuito
Mantecosos y cremosos quesos
Bacalao en salazón que se puede adquirir entero, en trozos o desmigado

Su rico pan

La cercana aldea de Vale de Ilhavo es muy conocida en la región por el pan que aquí se elabora. La “Ruta de las Panaderías” se ha creado para reconocer el trabajo de los panaderos artesanos, perpetuar la tradición e incentivar la producción local.

Esponjosos panecillos "padas"
Esponjosos panecillos «padas» listos para su venta

En hornos de leña se hacen las “padas” (panecillos) a base de harina de trigo y de maíz y los “folares” (pan de cuaresma). Según me cuentan, antiguamente solían ser las mujeres de los pescadores quienes para asegurar el sustento de la familia durante la ausencia del marido, elaboraban el pan en sus casas, horneándolos en su propio horno. Hoy sigue siendo un negocio más de mujeres que de hombres, que va pasando de una generación a otra.

De maíz, padas, …. esperar tu comida es toda una tentación…

A Alzira Vasconcelos, que forma parte de esta segunda generación de mujeres desarrollando la artesanía del pan desde el horno de leña, le llegan pedidos de todos los rincones del país. Sus “folares”, un pan dulce que se consume en Pascua, son de los pocos que perpetuán el toque artesano.

Alzira Vasconcelos sigue realizando los “folares” con el mismo mimo y pasión de entonces

Quince panaderías quedan en pie cociendo el pan en horno de leña, vendiéndolo directamente entre la comunidad local o en pequeñas furgonetas de reparto por las “gafanhas” y localidades próximas, dejando la bolsa del pan colgada del picaporte de la puerta. Sus ingredientes: Agua, sal, levadura y harina, que todavía algunos van a buscarla a los molinos cercanos.

Para reavivar esta tradición casi en extinción, y porque el consumo de productos naturales es un mercado en auge, el Ayuntamiento quiere dar la oportunidad a jóvenes para arrancar sus propios negocios y que pongan en valor los panes artesanos de esta pequeña localidad, promoviendo con ello su difusión.

Un viaje por su historia reciente

Siguiendo con la historia reciente y las tradiciones, Casa Gafanhoa en Gafanha da Nazaré es un espacio etnológico que recoge la historia, usos y costumbres de la vida de una familia de colonos de esta zona a principios del siglo XX. Sobre la base de la arquitectura popular portuguesa la llamada “casa gandaresa”, se muestra cómo eran los muebles, los utensilios de uso cotidiano y la indumentaria del momento.

Casa Gafanhoa

De planta rectangular con elementos de casa urbana, estaba dispuesta alrededor de un patio central donde cada habitación tenía acceso independiente desde el patio, y que servía a su vez de apoyo agrícola y corral. La fachada principal, de gran simplicidad, sigue la pauta ventana-puerta-ventana. En tu visita por la región de Aveiro fíjate y verás cómo, en mejor o peor estado, aún quedan casas de este tipo por doquier. Para concertar una visita: 234 364 024.

Y desde aquí, una carretera nos acerca hasta la playa de Costa Nova de dunas y playas geniales. !Hasta muy pronto!