Estamos en la región del Alto Douro Vinhateiro, el gran río que discurre entre colinas tapizadas de viñedos en terrazas, con quintas y bodegas con vistas de ensueño donde se producen los famosos vinos del Duero.

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Vista panorámica desde el mirador de Casal de Loivos (Pinhão)

Curiosamente “Alto Douro  Vinhateiro” es la primera región con denominación de origen del mundo (1756), creada en el marco de un ambicioso programa de reformas impulsadas por el ilustrado Marqués de Pombal, con el fin de aumentar la producción nacional con respecto a la competencia extranjera, y dinamizar el desarrollo de la industria del vino.

Desde entonces y hasta ahora (salvo el periodo de la plaga de la filoxera en 1878), esta región se ha especializado en el sector de la viticultura logrando un reconocimiento mundial por la calidad de sus vinos.

Nuestro campamento base es Vila Real, capital de la región, con una situación privilegiada entre Braga, Viseu y Bragança, y rodeada por los ríos Cabril y Corgo.

Casa de Diogo Cão. De fachada de piedra, llama la atención la escalera exterior cubierta por un gran voladizo o arcada.

La plaza de Camilo Castelo Branco es el corazón urbano, y punto de partida para recorrer el casco histórico. Aquí, junto al Ayuntamiento, se encuentra la casa de Diogo Cão, navegante del s. XV, famoso por haber explorado la costa occidental africana para su rey Juan II El Navegante.

El paseo nos permite descubrir palacetes y casas blasonadas de la nobleza cortesana, así como multitud de pequeñas iglesias y capillas junto con su Catedral gótica.

Monumental fachada de la Iglesia de San Pablo ejecutada por el italiano Nasoni en pleno centro histórico de la ciudad

Casa de los Marqueses de Vila Real (1641). Aún conserva las almenas y las ventanas geminadas manuelinas. Hoy es la Oficina de Turismo.

Entre los siglos XVII al XIX el casco medieval se fue ampliando más allá de las murallas en su día levantadas por el rey D. Dinis. En la calle Camilo Castelo Branco (detrás del Ayuntamiento) está la casa donde vivió el héroe Carvalho Araujo

Casa modernista, testigo del desarrollo urbano de la ciudad de principios de siglo. Destaca por su armonía cromática, su tejadillo de vidrios emplomados y sus balcones de hierro colado

En todas las ciudades portuguesas te encontrarás un florido bulevar, con estatuas y bancos, lugares donde se respira la calma, se charla y se pasea

Para hacer una pausa regálate un café acompañado de un sabroso pastelito. Siéntate en la terraza de la centenaria “Pastelería Gomes” (1915) y ve la vida pasar. Con una decoración interior de la época de su fundación, está considerada como una la más famosa de Vila Real. Confeccionan  ricos dulces conventuales de la región, como los pasteles de Sta. Clara y los Pitos de Santa Lucia (António Azevedo 2). “Casa Lapao” otra confitería con  gran tradición y lugar de encuentro adecuado para largas charlas, famosa por sus Crestas de Gallo  (Misericórdia 64).

Crestas de Gallo y Pitos de Santa Luzia, dulces conventuales especialidad de Casa Lapao. (Cortesía de Casa Lapao)

En la explanada frente al Ayuntamiento, el segundo sábado de cada mes se instala un pequeño mercadillo de antigüedades. Sus variados puestos dan color a la plaza, y animan a la gente a la búsqueda de tesoros, “rarezas” y piezas originales a las que dar una segunda oportunidad.

Juego de café "very English" de uno de los puestos del Mercadillo de Antigüedades de Vila

Juego de café «very English»

Y de aquí al Mercado Municipal, donde todos los sábados se celebra el mercado de agricultores productores locales, que venden sus productos directamente al consumidor.

Productos locales y ecológicos directos del Productor al Consumidor

Para comer descubre igual que hice yo un pequeño restaurante “Oh Faxabor” (Rua Teixeira de Sousa, 17) en el casco antiguo. Es un restaurante joven, situado en una calle donde abunda la competencia, que destaca por su ambiente agradable, buen servicio y una carta que permite comer a buen precio con el menú del día, o eligiendo platos tradicionales como el bacalao en varias modalidades y la famosa “Posta Mirandesa”, un sabroso filete de 3 ó 4 cm de altura.

 

Viaja a Portugal. Restaurante Oh Faxabor. Arroz Caldoso de Marisco

Arroz caldoso de marisco, un sabroso plato portugués

A 4 Km se encuentra Casa de Mateus, uno de los mejores edificios del barroco en Portugal. Este palacio fue construido en el siglo XVIII por Nicolau Nasoni, por encargo de la familia Sousa Botelho, y ya en 1911 fue clasificado Monumento Nacional. La simetría de la fachada en forma de U le da el carácter escenográfico y monumental propio de la época, lo que, junto con su escalera doble, sus jardines, patios y estanques, hacen de esta casa palacio uno de los edificios civiles más bonitos que yo he visto nunca en  Portugal.

La visita guiada (imposible sacar fotos) nos muestra los interiores del edificio y la capilla, adentrándonos en el ambiente señorial de la época a través de bellas salas con artesonados y cerramientos de madera de castaño, ricos muebles de época, grandes cuadros, cerámica de Delft y vajillas. De entre todas sus estancias, destaca sin duda la biblioteca con volúmenes valiosos como un ejemplar ilustrado de una rara edición de 1817 de “As Luisiadas”, el poema épico escrito por Luis de Camões, el autor más importante del Renacimiento portugués, cuya tumba siempre encontrarás con una flor en el Monasterio de los Jerónimos en Belem.

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Ya en el siglo XVIII fue una de las primeras casas portuguesas que contó con agua corriente. El agua, proveniente de una mina de una ladera contigua, era canalizado a lo largo de cientos de metros, se almacenaba en un depósito y luego fluía por gravedad hasta los grifos del palacio.

Sus jardines, con diseños geométricos y setos finamente recortados (sobre todo su curioso túnel de cedros de 35m. de largo y 8m. de altura que precisa de unas escaleras ad-hoc para mantener su forma), arriates, macizos de flores, un estanque, fuentes y surtidores, son toda una sinfonía de luz, olor y color que impresiona al visitante.

Desde 1970 es un Bien de Interés Cultural, y abre al público una parte de sus dependencias. De hecho, los descendientes  de la familia aún habitan un ala del palacio donde suelen hospedarse en verano, y en invierno residen en Cascais su vivienda habitual Como fundación que es, promueve actividades culturales con el fin de mantener el palacio y alrededores. Ocasionalmente se organizan eventos extraordinarios, como la reciente XXIX Cumbre Luso-Española, que se clausuró aquí el pasado 30 mayo de 2017, y que realmente ha sido un escenario perfecto para promocionar la región del Duero portugués.

En su tienda, pueden adquirirse productos de su finca y bodega como vino o aceite, publicaciones o pequeños souvenirs e incluso realizar una cata de vinos. Curiosamente el sobradamente conocido vino “Mateus Rosé” no es de ellos. Uno de los herederos vendió y cedió la imagen del palacio que adorna la etiqueta al grupo de vinos Sogrape.

A tan solo 6 Km. la siguiente parada es el Santuario romano de Panoias del s. III d.C, el único en la península ibérica, dedicado a las divinidades infernales de Serapis e Isis.

Santuario romano de Panoais clasificado en 1910 como Monumento Nacional

El recinto fue construido sobre tres grandes afloramientos graníticos, sobre los que se construyeron templos, escaleras de acceso y cavidades rectangulares de distintos tamaños para sus rituales, con inscripciones en latín y griego. Estas servían a los sacerdotes para quemar las entrañas de los animales que se sacrificaban, para verter la sangre y grasa y para asar la carne, respectivamente.

Según nos explicaron en el Centro de Interpretación este culto era originario de Perge de Panfilia, gran centro de culto en Asia Menor, y debió ser fundado por algún alto funcionario de gobierno provincial romano “expatriado” en la región explotando la cercana mina aurífera de Tresminas (Vila Pouca de Aguiar).

Nada como desplazarte al noreste para sumergirte en la zona montañosa de la sierra de Alvão, ideal para la práctica de actividades en contacto con la naturaleza como “Pena Aventura Park”, que con su tirolina Fantasticable de 1.500 metros de recorrido que alcanza 130 Km/hora, proporciona grandes descargas de adrenalina. Cerca está Ribeira de Pena, un territorio con un paisaje muy verde, de profundos valles y clima húmedo, cuya economía se basa en la producción del vino verde además del cultivo del maíz y del lino.

Clásico telar de madera (Cortesía de CACER – Coop. dos Artesãos Cervences, Ribeira da Pena)

Tejedora de la Cooperativa en pleno proceso creativo

Camino de Mesa e Individuales realizados por CACER – Cooperativa dos Artesãos Cervences, Ribeira da Pena

Camino de Mesa e Individuales realizados por CACER

Bonitos trabajos en hilo realizados por las tejedoras de CACER

En las aldeas de Cerva e Limões lo que comenzó como autoconsumo convirtiendo el lino en prendas, se convirtió posteriormente en tradición textil. Tras un periodo de estancamiento, hoy se está rescatando esta tradición textil artesanal, y al igual que entonces, abarca desde su cultivo hasta la elaboración del hilo, tejido y confección de las prendas. Las tejedoras tras sus grandes telares de madera devanan y entrelazan los hilos con sumo cuidado, produciendo objetos textiles artesanales, como colchas, mantelerias, toallas, cortinas o paños.

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Muestra y Venta de Piezas de Lino en «Desalinho 2017»: Una jornada de actividades relacionadas con el cultivo y la tejeduría en lino, que movilizó a tejedoras, agentes locales y público diverso. (Cortesía VERde Novo)

Tanto la administración local como la participación de otros agentes locales, están llevan a cabo iniciativas (como la creación del Centro de Interpretación-Museo del Lino, talleres de tejeduría, etc.) para reinventar la cultura del lino y promocionar la zona mediante la recuperación de tradiciones.

La cerámica de arcilla negra de Bisalhães (Mondrões) destaca por los procesos y técnicas ancestrales utilizadas en su fabricación y cocción, que datan desde finales del siglo XIX.

Bisalhães se encuentra a a 8 Km. de Vila Real (Cortesía Cámara de Comercio de Vila Real)

Mientras que los ceramistas se ocupaban del proceso de preparación de la arcilla y su cocción, la decoración, recaía en las esposas e hijas de los ceramistas. El admirado color negro se logra tapando el horno excavado en el suelo (soenga) con musgo y arena, para que no respire y el humo atrapado en las piezas, va penetrando por los poros, cubriendo las piezas de arcilla aun calientes, hasta que el barro adquiere ese color característico.

Las piezas de arcilla se introducen en un horno excavado en el suelo

Recientemente la UNESCO declaró medidas de protección urgente para esta actividad, por la falta de relevo generacional y por la competencia de productos industriales en serie.

Como artesanía local destacan también la cestería, muy solicitada en la época de vendimia, y los trabajos en latón. Antiguamente los objetos de latón tenían su utilidad alrededor del mundo del vino para elaborar el aguardiente o para cubrir la parte interior de los cestos para la vendimia. Hoy en día, se usan más como aceiteras, regaderas, embudos u otras piezas. En Vila Real queda Rui Santos, un maestro que da forma y moldea las planchas de latón.

Testimonio de viejas formas de vida

Saliendo de Vila Real en dirección sur y pasando por Lamego, llegamos a Peso da Régua, de donde parten los cruceros fluviales por el Duero, donde puedes probar los vinos de las diferentes bodegas en la “Casa do Douro”.

Existen cruceros fluviales de horas o de 2-4 días de duración en Peso da Régua para recorrer el Duero. Literalmente, se llenan.

Hemos viajado por la que dicen es una de las carreteras panorámicas más bellas de Portugal, siempre a ras de agua, la famosa N-222; pero hay otras como la N-323, que no se queda a la zaga; y que desde Sabrosa hasta que llega a Pinhão, es un transcurrir continuo de viñedos y quintas (donde es posible probar el vino), con miradores que te permiten parar y observar el impresionante escenario.

A lo largo de la margen del río Pinhão se pueden obtener barbos, truchas, percas y anguilas.

A lo largo de la margen del río Pinhão se pueden obtener barbos, truchas, percas y anguilas

Caseta del Jefe de Estación de Tren de Pinhão

Caseta del Jefe de Estación de Tren de Pinhão

Pinhão con su paisaje de socalcos (viñas dispuestas en un sistema de escalones de piedra), aloja bodegas donde se producen los mejores vinos de Oporto, como las conocidas bodegas Sandeman.

Hermosos paneles de azulejo de la estación de tren de Pinhão que representan el ciclo de producción del vino

Tiene una estación de tren muy particular. Construida en el siglo XIX, sus paredes están revestidas por 25 paneles de azulejos que representan el ciclo completo de producción del vino, desde la vendimia hasta su transporte en rabélos (barcos típicos de madera) hacia Vila Nova de Gaia.

está cubierta por 25 paneles de azulejos que representan el ciclo de producción del vino, desde

La vendimiadora, otra imagen clásica

Hasta la segunda mitad del siglo XX estuvo operativa como “Linha do Douro” y desempeñaba un papel importante transportando personas y materiales relacionados con la producción del vino. Hoy un pequeño tren realiza en el periodo de mayor afluencia turística (de Mayo a Octubre) un trayecto realmente bonito con vistas sobre el Duero y sus innumerables terrazas de viñedos que ascienden por sus acusadas pendientes. Puedes consultar el horario de trenes en este link actualizado de Combios de Portugal (CP)http://www.cp.pt/StaticFiles/Passageiros/horarios/horarios/PDF/r_ir_uc/porto_regua_pocinho.pdf

Y para comer por supuesto en “Rufete” (António Manuel Saraiva 7), un restaurante de comida típica portuguesa donde probamos un sabroso arroz de marisco acompañado de un magnífico vino blanco de Bodegas Carregosa.

Dejamos Pinhão, el mítico Hotel Vintage House atravesando el Puente de Gustave Eiffel, un enamorado de Portugal que vivió en Barcelos al tiempo que desarrollaba sus proyectos en este país. Este centenario puente finalizado en 1906, está formado por un tablero metálico con tres tramos con vanos de 68 metros.

 

El Hotel «Vintage House» en el corazón del Duero con sus idílicas palmeras, representativas del estereotipo paisajístico y que marcan el nacimiento del turismo moderno. Tiene un aspecto muy «Beverly Hills» pero es bonito.

Hotel Vintage House construido sobre una antigua finca del siglo XVIII, influencia de los ingleses en la internacionalización del Oporto. Su piscina al aire libre a 50m. del río con el puente Eiffel le hace un lugar único para descansar.

El hotel está construido sobre una antigua bodega del siglo XVIII, influencia de los ingleses en la internacionalización del Oporto. Su piscina al aire libre a 50m. del río y con el puente Eiffel al fondo le hace un lugar único para perderse.

Las mejores vistas panorámicas como recuerdo de este lugar, tal vez sean desde el mirador de Casal de Loivos. Desde aquí tendrás una visión en todo su esplendor.

De aquí hacia el sur, a un lugar de muchas burbujas.